Ante la
combinación presentada en el título de nuestra entrada de hoy, “Ciudades, arquitectura, poder y
sostenibilidad”, son muchas las ideas que nos vienen a la mente, pero
debemos confesar que el cuadro que se trata de representar con estas palabras
viene de la mano de un gran nombre en la arquitectura y en la actualiad: Norman Foster.
Recientemente,
este arquitecto, Norman Foster, hablaba del poder que tienen las ciudades
frente al poder que tienen los gobiernos, subrayando que las primeras son mucho
más poderosas. Siendo probablemente el arquitecto vivo más influyente en la
actualidad, debemos decir que su propia obra llega a nosotros hoy día, siendo
un visionario, un adelantado a su tiempo.
Porque, pensemos en sus edificios, antes incluso de que se hablase en todas
partes de la sostenibilidad y la eficiencia y la necesidad de que ambas
realidades se encontrasen plasmadas en todos los proyectos que se emprendiesen,
este arquitecto ya tenía en cuenta la capacidad de los edificios de ser
“inteligentes”.
La
innovación y la capacidad de imaginar realidades que aún no se han
materializado pueden ser clave a la hora de saltar las barreras de poder. En declaraciones recientes hablaba de lo que
se consideraba una influencia menor de Trump
en las políticas de cambio climático
a nivel internacional, porque a día de hoy, por ejemplo los edificios son el
ejemplo latente de cómo evoluciona la población y cómo a eso no se le puede
poner freno ni intentando retroceder de nuevo.
Algunos
de los edificios de Norman Foster, como el planeado con Steve Jobs, será un
ejemplo de esta unión de poder y sostenibilidad, porque se trata de un imponente
edificio redondeado, como si de una nave nodriza se tratase, totalmente
recubierto de vegetación. Una manera de hacer
inclusivos los conceptos de poder y naturaleza y por supuesto de ciudades y
arquitectura.
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